El cuerpo de un gato presenta un esqueleto con 244 huesos (la cantidad exacta no se ha podido identificar debido la diversidad de datos contradictorios y las diversas razas o clases), aparentemente 38 huesos más que el del ser humano que tiene 206. Esto se debe al elevado número de huesos que forman la columna vertebral del gato, que se extiende hasta el extremo final de la cola en casi todas las razas de gatos. El esqueleto conserva las mismas peculiaridades básicas en todas las razas, salvo en contadas excepciones como es el caso del gato Manx o Bobtail japonés.
La morfología del gato no presente grandes variedades, aunque sí se distinguen ciertas diferencias en el cuerpo. Se clasifica en tres tipos:
- cobby compacto y macizo, cabeza pequeña y redonda, cara plana, hombros y cuartos traseros anchos y patas cortas. (Europeo de pelo corto y persa).
- musculoso cabeza redonda, hombros y cuartos traseros medianos y patas semicortas. (Devon rex y Cornish).
- ágil cabeza alargada en forma de cuña, hombros estrechos, patas largas y finas. (Siamés).
El rasgo más característico del esqueleto felino es la flexibilidad de su espina dorsal, está compuesta por 7 vértebras cervicales, 13 dorsales, 7 lumbares, 3 sacras y 21 entre las coccigeas y las caudales. Las costillas, 13 en cada lado, son cortas y robustas. Mantiene la flexibilidad debido a la unión relativamente suelta de las vértebras, separadas, como en los humanos, por discos. La columna está unida al cráneo y se extiende hasta la punta de la cola. Todo el cuerpo es flexible, el movimiento de la cola le permite mantener el equilibrio cuando escala o camina por lugares estrechos.
No presenta clavículas que le quiten agilidad, Todo se mantiene unido por ligamentos y músculos, permitiendo al hombro mayor libertad de movimientos. La articulación escápulo-humeral le permite que mueva su miembro anterior en casi cualquier dirección y la presencia de más de 500 músculos le imparten una gran variedad de movimiento a los huesos, además con un sentido nervioso y del equilibrio muy desarrollado, hace que el felino doméstico tenga movimientos casi perfectos que al verlos cautiva y fascina.
Es evidente que lo que gana en flexibilidad lo pierde en fortaleza, de ahí que sea delicado y la dureza de otros animales puedan dañarlo o quebrarlo con facilidad. No obstante tiene sus ventajas ya que el poderío se lo da el andar por cualquier sitio y la destreza en los saltos.
Andan apoyándose sobre los dedos, por lo que se dice que son digitígrados, de esta forma aumentan la longitud de la zancada e incrementan la velocidad. Los músculos traseros son muy robustos haciendo el trabajo más pesado, lanzan el cuerpo hacia delante e impulsan el salto. Cuando trepan el esfuerzo mayor lo realizan sus patas delanteras.
El gato doméstico mueve los miembros de un solo lado a la vez, es decir, el miembro anterior y posterior de un lado y después ambos miembros del otro lado. Este movimiento es exclusivo del gato doméstico, inclusive los otros felinos se mueven de la misma manera que otros animales, con excepción del camello y la jirafa que sí se mueven igual que el gato.
No realiza carreras prolongadas porque se fatiga con facilidad, pero cuando lo hace se desplaza a 45 km/hora.
Todas las acciones físicas de los gatos están dirigidas por un entramado de más de 500 músculos, controlados a su vez por un centro de información altamente desarrollado en el cerebro. El cerebro de un gato pesa entre 20 y 30 gramos, pero la proporción del peso de éste con respecto al del cuerpo es más alta que en la mayoría de los mamíferos, a excepción de simios y humanos.
La cabeza es redondeada y se apoya en las vértebras cervicales. Al contrario de lo que ocurre en las otras razas, en las que el hocico tiene una forma alargada hacia delante formando prácticamente un triángulo, en el persa, por ejemplo, los huesos anteriores se han acortado y han provocado el aplanamiento de los rasgos faciales. La cavidad craneal es más amplia, porque el hueso frontal se alza con convexidad desde el punto de inserción del reducido tabique nasal. El abombamiento deja un amplio espacio a las cavidades orbitales.
El hueso maxilar es ancho. Tiene 30 dientes: 12 pequeños incisivos, 4 afilados caninos, 10 premolares y 4 molares felinos y están provistos de una corana de puntas agudas.
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