Se alimentan de los peces que capturan bajo el agua. Se impulsan principalmente con las patas y pueden zambullirse durante más de un minuto, alcanzando una profundidad de unos 10 m. A diferencia de la mayoría de las aves acuáticas, sus plumas no son completamente impermeables, por lo que al mojarse, éstas aumentan de peso, lo que les permite hundirse más y bucear con facilidad. Una vez en tierra, extienden las alas para secarlas. Además, regulan el volumen de sus sacos aéreos.
El cormorán grande (Phalacrocorax carbo) es con seguridad la especie más extendida. El cormorán grande vive en lagos y estuarios, así como en las costas, y construye sunido en acantilados o en árboles. Su tamaño alcanza hasta 90 cm de largo, y se lo puede encontrar en aguas dulces y costas de todo el mundo.
En ciertas localidades de China, como en Guilin, en las orillas del río Lijiang o en el lago Erhai, se utiliza al cormorán para la pesca. Se les ata un cordel en la parte inferior del cuello de forma que puedan capturar un pez, pero no tragarlo. El pescador, una vez que el cormorán ha capturado un pez, se lo extrae (ya que ha quedado aprisionado en su garganta) y lo dispone para efectuar nuevas capturas.
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