viernes, 21 de septiembre de 2012

Caracol (Otala punctata)










































Basta una pequeña lluvia para que aparezcan entre la hierba, el pasto y las plantas, moviéndose entre la húmeda vegetación con su característica lentitud y arrastrando consigo su concha en espiral. Esta concha les sirve para ocultarse de cualquier amenaza o peligro.

Los caracoles necesitan mucha humedad para tener una vida activa, por eso salen cuando llueve, y se quedan bajo tierra en los periodos secos.

En invierno caen en letargo, tras haber cubierto la entrada de su concha con una fibra que posee una gran capacidad de absorber agua e hincharse, y que les protege del frío pero permite el paso del aire para la respiración.

Existen muchas variedades de caracoles, tanto terrestres como acuáticas, algunas de las cuales se comen. Muchos caracoles miden tan sólo 0,1 cm de longitud, y hay otros como el caracol de tierra africano que alcanza ¡¡¡ los 20 cm de longitud!!!

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