Los anisópteros (Anisoptera, del griego ανισος anisos,
"desigual" y πτερος pteros, "alas") son uno de los
dos infraórdenes clásicos
del suborden Epiprocta. Se
conocen con el nombre común de libélulas, aunque este término, un tanto
vago, suele usarse también en un sentido más amplio para designar a todos
los odonatos.
La libélula común, Anax junius,
es una de las mayores y más rápidas, pudiendo alcanzar una velocidad de 85 km
por hora.
El macho de
la libélula impone sus derechos sobre un territorio cercano al agua y lo
defiende ferozmente de todos sus rivales. Cuando llega la hembra, el macho
modifica su estilo de vuelo. Así, realiza una exhibición para cortejar a su
compañera, antes de sujetarle la cabeza con pinzas especiales ubicadas en el
extremo de su abdomen. Luego, la hembra arquea su abdomen hacia adelante para
reunir sus órganos sexuales y se produce la fertilización.
La hembra pone los huevos cerca o en el agua.
Las larvas
son unos depredadores feroces, los cuales, mediante la máscara, (brazo
retráctil) que tienen bajo la boca, cazan otros animales: renacuajos, peces e
incluso otras larvas de libélula.
Como
curiosidad cabe destacar que los machos poseen un órgano que tiene como función
retirar el esperma que la hembra pudiera tener de la fecundación de otros
machos.
Camuflaje de
movimiento
Se ha
descubierto recientemente que las libélulas emplean la ilusión óptica para acechar a otros insectos
que invaden su territorio. Se pueden mover de tal forma que se proyectan a sí
mismos como un objeto estático mientras atacan con rapidez a sus víctimas.
Estos descubrimientos ilustran por primera vez cómo utilizan técnicas complejas
de camuflaje durante el ataque aéreo.
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